Durante la década de 1930, las principales potencias deseaban evitar otra guerra, de ahí la política de apaciguamiento, la renuencia inicial de los Estados Unidos a participar y el pacto nazi-soviético. Durante la Guerra Fría, el concepto de una tercera guerra mundial estuvo inextricablemente asociado con la guerra nuclear y la doctrina MAD de la Destrucción Mutua Asegurada.
Sin embargo, es posible que el conflicto futuro entre las grandes potencias tome la forma de otra guerra fría o incluso una guerra caliente convencional (en oposición a la termonuclear). En el siglo XXI, hay tres frentes clave que emergen como loci para futuras guerras. El primero es el frente Europa-Rusia con una nueva guerra fría desencadenada por el conflicto ucraniano. El segundo es el caldero de Oriente Medio centrado en Isis y la guerra siria. El tercero es el frente de Asia-Pacífico con un enfrentamiento entre los Estados Unidos y China.